TRADICIÓN CERÁMICA: ARTESANÍAS POPOLOCAS EN LOS REYES METZONTLA, PUEBLA
AARÓN DAVID PIÑA MARTÍNEZ
JAVIER ALANÍS VILCHIS
Introducción
En este trabajo se presenta la producción cerámica en un taller artesanal popoloca en Los Reyes Metzontla, Puebla. En este caso la representatividad de dicho lugar recae en una tradición prehispánica que ha continuado en manos de un grupo indígena hasta nuestros días. Dentro del espacio artesanal retomando el concepto de Linda Manzanilla, es posible identificar las áreas de actividad “como la concentración y asociación de materias primas, instrumentos o desechos en superficies o volúmenes específicos, que reflejen actividades particulares (Manzanilla 1986:11)”. Aunque en este caso no aplica la restricción espacial por elementos constructivos ya que en el caso de la obtención del desgrasante no hay límite de ningún tipo, lo mismo pasa con los bancos de arcilla de los que se abastecen los artesanos.
Para realizar esta investigación, utilizamos la etnoarqueología como una estrategia de investigación (Fournier, 1995:3). Stiles nos dice que la etnoarqueología es un fenómeno reciente. El campo está aún en proceso de formación y como tal, todavía falta una definición generalmente aceptada o desarrollada en su totalidad de un cuerpo teórico y metodológico. Etimológicamente podría decirse que el término etnoarqueología implica que el dato de campo está repartido con el uso de la arqueología en el estudio de personas vivas, pero esto podría ser opuesto al uso de los métodos e información etnográfica para ser agregado en la interpretación y explicación del dato arqueológico (Stiles, 1977:88).
De esta manera la etnoarqueología permite acercarnos a lo estático del registro arqueológico a partir de lo dinámico de las sociedades vivas (Binford, 2004:108). En el caso de las artesanas de los Reyes Metzontla lo que nos ayuda a ligar el presente con el pasado y darle ese sentido dinámico al registro arqueológico, es el hecho de que la producción cerámica en el lugar se realiza con el uso de técnicas prehispánicas, lo que incluso llevó a ser reconocido y premiado por parte del FONART (Premio Nacional de Artes y Tradiciones Populares 2005). Esta continuidad productiva esta dentro del enfoque histórico directo (Fournier, 1995:7), en el que es muy probable que los procedimientos presentes en la producción cerámica que vemos hoy en día, estuvieron presentes en el pasado y los restos que dejan se podrán contrastar con las que se presentan en el registro arqueológico. Además puede ser posible observar las modificaciones tanto en procedimientos como en herramientas, ya que dentro de la investigación se pudieron ver artefactos de metal.
Finalmente podríamos decir que en el procedimiento que actualmente se observa en los talleres artesanos de los Reyes Metzontla, puede o no reflejar en su totalidad todo lo que encontramos en un registro arqueológico, lo importante a rescatar, pensamos, es la intervención directa de un grupo social que ha mantenido de una u otra forma su tradición alfarera, a pesar del mundo globalizador actual. Se menciona lo anterior ya que Gámez realiza un trabajo en el que señala que se ha pretendido impulsar su producción masiva (Gámez, en riego, producción cerámica, tomado de internet, 2008, http://www.comunicacion.buap.mx/reportajes_especiales/reportaje_especial_alfareras.htm).
Descripción del sitio de estudio
La comunidad de los Reyes Metzontla está ubicada en el Valle de Tehuacan, situado en el Municipio de Zapotitlán, en el Estado de Puebla (Mapa 1). El municipio de Zapotitlán limita al norte con Tehuacan, al oeste con San martín Atexcal y Santiago Chazumba (Oaxaca), al sur con Caltepec y al este con San Marcos Necoxtla, San Gabriel Chilac y San José Miahuatlán. Hay presencia de formaciones de basalto con columnas prismáticas (Castellón, 2006:40). Actualmente se explotan canteras de ónix, así como piedra caliza. En décadas anteriores se explotaron yacimientos de plomo, cobre, zinc, manganeso, plata y oro (Castellón, 2006:43). La hidrografía de la región de Zapotitlán pertenece a la cuenca del sur de Puebla, a la del río Tehuacan y a la pequeña corriente de San Gabriel Chilac (Castellón, 2006:44). Los Reyes Metzontla tiene 1095 habitantes (CENSO de 1995 por lo que ahora son más). Está a 1800 metros de altitud. Su clima según la clasificación de Koppen es BSo hw corriespondiente a un subtipo seco semicálido con lluvias en verano. La temperatura media anual fluctúa de los 14 a 18° C con una máxima de hasta 32° C en el mes de mayo y una mínima de 6° C en enero (Castellón, 2006:45). Se caracteriza por el dominio de leguminosas espinosas bajas y matorrales espinosos. Algunas especies distintivas son el mezquite y el cazahuate (Castellón, 2006:47).
La producción alfarera en los Reyes Metzontla, en el caso del taller (Dibujo 1-2) que visitamos, es la casa del señor Sr. José Luís (representante le la asociación alfarera del lugar). Ahí las mujeres se reúnen para elaborar sus artesanías y comales (Imagen 1). En el taller había entre 15 y 20 mujeres laborando y como lo dicen Hammersley y Atkinson (1994) en el que el Sr. José Luís como representante está “entrenado” para dar la explicación del procedimiento artesanal, así como las mujeres alfareras que describen el proceso de elaboración paso a paso sin que se les pregunte. Esto permitió una entrevista reflexiva (etnográfica) en la que se realizaron preguntas abiertas (Hammersley y Atkinson, 1994:128-129). El proceso de la elaboración de comales y artesanías consiste en principio en la extracción de la materia prima, en este caso la arcilla y de la extracción del desgrasante.
Extracción de la arcilla: La arcilla se extrae de diferentes bancos de la comunidad (Imagen 2), el más cercano de estos bancos esta a 45 min. del taller. Aquí los hombres salen a traerlo a las 9 am y regresan a las 5 pm, es importante notar este fenómeno ya que los hombres están encargados de la obtención y traslado de la materia prima, mientras las mujeres son las encargadas de trabajar la producción artesanal. Cada cuatro meses van a abastecerse del desgrasante y de la arcilla. Desgraciadamente no pudimos recorrer los bancos de arcilla por cuestión de tiempo, así que no fue posible observar el procedimiento al que se somete antes de llegar al taller artesanal.
Extracción y molido del desgrasante: Este se obtiene de una mina, a la que los lugareños denominan “la Peña” (Imagen 3), esta se localiza a 10 min. del taller en estudio y es considerada patrimonio de la comunidad. El material que de ahí se obtiene es una roca de color verde azulado denominada como esquistoso-serpentinoso (Imagen 4). La función de esta roca es ayudar a que el barro sea más moldeable. El tiempo que lleva de explotación la mina es desconocido aunque se calcula que tiene más de 500 años.
Antes no se tenía un control sobre la explotación de la mina, por ello la gente se llevaba el material deliberadamente. Actualmente está reglamentada la extracción del material, se cobra una cuota para que los lugareños se lleven solamente lo que van a utilizar y de este modo la explotación sea moderada (sólo se puede llevar 50 latas de material cada lata equivale a 20 litros). Cabe mencionar que sólo se explota la roca que presenta ciertas características que le sirvan al artesano, ya que en la misma mina se encuentra otro tipo de roca de color café-rojizo, pero ésta no le sirve al artesano ya que las piezas se fracturan fácilmente.
Después de extraer el desgrasante, este se muele en un área específica cercana al área de obtención, concretamente a un costado de La Peña (Dibujo 3). Para realizar este trabajo, se extiende el material y se golpea (Imagen 4) con un mazo o garrote de mezquite (Dibujo 4) (Imagen 6) logrando pequeñas piedras, después se pasa por una criba (Imagen 6) para obtener el desgrasante para los comales (Imagen 7), este es más grueso para agilizar y concentrar el calor en el comal. El desgrasante usado para la cerámica debe pasar por otro cribado más fino con el fin de obtener la harina o talco (término usado por los artesanos). Este trabajo es realizado únicamente por los hombres, porque es un trabajo duro que requiere golpear por 2 o 3 horas la roca, un aspecto importante es que hay otros bancos donde se obtiene el material, pero la creencia local menciona que no es de la misma calidad por lo que se extrae de la peña solamente.
Para la preparación de la cerámica, como mencionamos anteriormente, el proceso es realizado por las mujeres y las niñas, a ellas se les enseña este proceso desde temprana edad. Para la producción cerámica se siguen los siguientes pasos:
Preparación de la pasta: Se comienza con el batido del barro, en éste se mezcla la arcilla con agua en un recipiente, se deja por cerca de 3 min. para que absorba el agua, posteriormente se bate con la mano (Imagen 8). Después se limpia con la ayuda de un colador para quitarle la basura. El barro tiene cuatro clases de colores el rojo, anaranjado, negro y blanco, estos colores se mezclan y se unen para trabajar la pasta. Con forme se trabaja, se sacan la piedras grandes para evitar que se fracture la pieza durante el quemado, así al día siguiente se le quita el agua. Se deja de 8 a 15 días para que se alise el barro (se pudra) y se queda otros 8 o 15 días para poder comenzar a trabajar con él.
Amasado: Es la aplicación del talco (desgrasante) a la pasta, este procedimiento se realiza sobre un petate en el piso, se mezcla la pasta y el talco para amasase (Imagen 9). Dependiendo de la pieza se agrega desgrasante fino (cerámica) o grueso (comales). Este trabajo se realiza en cualquier lugar de la casa, ya que no se necesita de maquinaria, sólo se requiere de objetos comunes como cubetas, petate, etc.
Moldeado: Es modelar la pieza, para este paso se utiliza el torno falso tanto en cerámica como en comales (Imagen 10-11). Este torno falso funciona como un molde, particularmente de la base de la cerámica. En el caso de los comales se utiliza el molde y debajo de él se coloca un plato hondo que funciona como torno. La técnica del torno falso consiste en girar la pieza con una mano y darle forma a la pieza con la otra. También se utiliza el torno de pedal, pero en éste no se pueden realizar todas las piezas (como los patojos).
Alisado y Bruñido: Una vez modelada la pieza se le aplica el engobe (alisado), que se realiza con un pedazo de tela húmeda. Posteriormente se deja secar la pieza durante ¿???. Ya seca se le quita los excesos de pasta con la ayuda de una tapa metálica (Imagen 12-13). El bruñido de la pieza se realiza con un cuarzo (Imagen 14-15), el cual se puede obtener incluso en los caminos de la comunidad. A este proceso le llaman “shima” y equivale a lijar.
Secado: Las piezas se dejan secar por dos o tres días, en el caso de los comales incluso dejan secar fuera de las casas, literalmente en las calles (imagen 16). El lugar en el que se secan no tiene espacio exclusivo, pues se trata de un lugar con clima seco, lo que ayuda a que no se tenga un cuidado extremo en las piezas.
Pintado: Este se aplica antes de meter la pieza a quemar, el material con que se pinta se obtiene de un óxido de color rojizo (Imagen 17) que se encuentra en la comunidad, su explotación indiscriminada ha hecho que ahora sea difícil de conseguir. El color se obtiene mezclando agua con el óxido molido (Imagen 18). El color se aplica con una tela mojada o con pinceles (Imagen 19) en la mezcla.
Quemado de la cerámica: Ya secas las piezas se llevan al horno. Hay dos formas de quemar las piezas. La primera, es la tradicional, en la que se colocan los comales (casi exclusivamente aunque también se pueden colocar piezas pequeñas) recargados unos frente a otro formando una fila de unos cuatro metros (imagen 20). Posteriormente se le colocan leños ardientes (principalmente de mezquite o cazahuate) para que vayan quemando los comales. Con la ayuda de dos ramas largas se mueven los leños para quemar los demás comales. Esta forma de quemado gasta una gran cantidad de madera, por lo que es cada vez menos practicada. La segunda forma de quemar las piezas, es mediante un horno cerrado a unos 800º C o 900º C (imagen 21). En este se coloca una base de fragmentos de piezas “malas” y sobre éstos se colocan las piezas que se van a quemar. De igual manera se colocan fragmentos de piezas malas para tapar el horno.
Desechos: Prácticamente no hay desechos de producción, pues las piezas rotas o malas son reutilizadas para tapar el horno o detener los comales.
Y las áreas de actividad ¿qué nos deja?
De acuerdo a lo observado en el taller artesanal, las áreas de actividad no son exclusivas de un lugar determinado, ya que en el mismo espacio se pueden encontrar trabajos de amasado, de secado, de pintado, etc. (Dibujo 1). De esta manera el término de área de actividad va más allá de una descripción e identificación de espacios como si se tratara de una producción sistemáticamente rigurosa. Con esto nos referimos a que las actividades realizadas en un taller artesanal (por lo menos en el actual) no están restringidas a un lugar determinado, a tiempo en el proceso y que sea realizado por sola una persona. Así se puede utilizar el término de área de actividad de una forma más amplia, permitiendo la posibilidad de conjuntar y relacionar las actividades realizadas dentro de un espacio flexiblemente utilizado.
En el caso del área de actividad de producción Manzanilla menciona que se relacionadas con diversas etapas de la fabricación (Manzanilla 1986:12), en este caso para el trabajo artesanal. Cabe mencionar que no todos las actividades realizadas dentro de la producción se encuentran en el interior del taller. Como el caso del quemado de las piezas, pues aunque el horno cerrado está dentro del taller, el quemado de los comales se realiza en otros espacios fuera del taller. De esta manera el horno cerrado sería menos complicado de localizar en un registro arqueológico y la forma en la que se realiza el quemado de los comales sería más difícil de identificar. Además hay que recordar que el uso del horno cerrado es relativamente reciente. Junto con el área de producción artesanal, dentro del taller se encuentran fogones que nos refieren directamente a la producción de alimentos, lo que nos indica que no solo las actividades de una misma producción se relacionan espacialmente, sino que incluso se pueden mezclar actividades diversas como la producción artesanal y la preparación de alimentos.
a)En el aprovisionamiento de materias primas (Manzanilla 1986:12), como el caso del desgrasante (se toma este caso ya que no se pudo ir a los bancos de arcilla) es una mina pero no presenta desechos, ya que el lugar de obtención esta relacionado directamente con el lugar de molienda del mismo. Esos fragmentos que podrían ser llamados “desechos” son almacenados sin límites arquitectónicos y los artefactos que se utilizan son de material orgánico (como el garrote), por lo que no quedaría en contexto arqueológico rastro de de él.
-En el caso del uso y consumo (Manzanilla 1986:12), la producción artesanal está dirigida casi en su totalidad a la venta, los artefactos que intervienen en este proceso son regularmente de materiales perecederos, excepto en el caso de los que son de metal, lo que claramente indica que son artefactos que sustituyeron a fragmentos de madera, piedra o de la misma cerámica.
Para la circulación e intercambio (Manzanilla 1986:12) las piezas pueden ser vendidas en el taller mismo, en un lugar fuera del taller o en los mercados cercanos (como el caso de los comales que se queman los viernes y se venden los sábados en el mercado de Tehuacán). Junto a la circulación e intercambio entra el almacenamiento (Manzanilla 1986:13). Por ejemplo el caso de las piezas, su almacenamiento está fuera del taller y funciona también como área de circulación. Y como ya vimos, el desgrasante se almacena en el mismo lugar en el que se muele o también se puede almacenar dentro de las casas de los artesanos, incluso se puede almacenar en diferentes etapas del proceso de molienda.
No existe directamente un área de desecho, pues los fragmentos son reutilizados para cubrir el horno, como base del mismo o como apoyo para los comales.
Lo que nos queda en un contexto arqueológico, a partir de lo observado en el taller realmente es poco. Williams (1994:202) menciona en su estudio sobre la producción alfarera sobre lo que es posible identificar, retomando y verificando que es un caso similar (grupos indígenas) es el horno, pues la quema de comales sería muy difícil de encontrar. El molde del comal podría ser identificado, mientras que los moldes con los que se preparan las demás piezas y además tienen la función como torno falso, se podrían identificar o tal vez confundirse con una pieza en proceso. Los artefactos y elementos como pinceles, las mesas, los trapos, la leña el garrote para la molienda, el cernidor y demás artefactos de material perecedero no serían reconocibles en el contexto arqueológico. Esto último nos obliga a reorganizar las estrategias de interpretación arqueológica para estar conscientes de los indicadores que podemos localizar, o no, en el proceso de registro e interpretación.
Conclusión
Revisando la investigación realizada en los Reyes Metzontla, la producción cerámica presenta algunas de las áreas de actividad descritas por Manzanilla (1986), pero no exactamente como según su texto se debería de encontrar. Adecuando las variantes con las que se presenta un espacio delimitado, nos permite observar no solo actividades de un tipo y para una producción determinada, sino que nos hace recordar que el pasado alguna vez fue dinámico mientras la sociedad que produjo la cerámica estuvo viva, y que a partir de los datos etnográficos, como arqueólogos estamos obligados a pensar en el contexto arqueológico como producto de acciones humanas y no como artefactos que se organizan espacialmente sin invadir el área del artefacto vecino.
Finalmente, hay que recordar que Cook de Leonard “hizo referencia a la importancia comparativa de la producción alfarera en la población de Metzontla, donde encontró semejanzas con la cerámica anaranjado delgado de san Juan Ixaquixtla, relacionando a los popolocas con la producción de esta cerámica en tiempos prehispánicos (Castellón, 2006:29, citando a Cook de leonard, 1953)”
Bibliografía
Binford, Lewis
2004 “Una Odisea Arqueológica” en En busca del pasado: descifrando el registro arqueológico, Crítica, pp. 103-116 Barcelona.
Castellón, Blas Román
2006 “Antecedentes de estudio en Chuta y Zapotitlán” en Chuta: el Cerro de la Máscara, CNCA-INAH, Colección Científica, Serie Arqueología, pp. 21-49
Fournier, Patricia
1995 “capítulo 1. La Investigación Etnoarqueológica en el Valle del mezquital: Aspectos Teórico-metodológicos” en Etnoarqueología Cerámica Otomí: Maguey, Pulque y Alfarería entre los Hnähñü del Valle del mezquital, Tesis doctoral en antropología, UNAM- facultad de Filosofía y Letras de Estudios de Posgrado, pp. 1-31, México, D. F.
Hammersley, Martyn y Paul Atkinson
1994 “Capítulo 5. Relatos nativos: escuchar y preguntar” en Etnografía, Métodos de investigación, traducción Mikel Aramburu Otazu, ediciones Paidos Ibérica, pp. 121-142, Barcelona, España.
Manzanilla, Linda
1986 “Introducción” en Unidades habitacionales Mesoamericanas y sus Áreas de Actividad”, Universidad Nacional Autónoma de México – IIA, Linda Manzanilla (editora), pp. 9-18
Stiles, Daniel
1977 “Ethnoarchaeology: a Discussion of Methods and Applications”, pp. 87-102
Williams, Eduardo
1994 “Organización del Espacio Doméstico y Producción cerámica en Huácinto, Michoacán” en Contribuciones a la Arqueología y Etnohistoria del Occidente de México, Eduardo Williams (editor), Colegio de Michoacán, pp. 181-225. México.
Sitios web consultados
Gámez, Alejandra
http://www.comunicacion.buap.mx/reportajes_especiales/reportaje_especial_alfareras.html página visitada el 27 de noviembre de 2008.
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